Las
emociones están presentes en cada momento del día, son una respuesta natural a
los estímulos externos, por eso es fundamental que desde pequeños/as enseñemos
a los niños/as a identificarlas, ponerles nombre y gestionarlas de manera
adecuada. La formación de las capacidades emocionales es fundamental para un
sano desarrollo personal y social.
Aunque los niños/as están en un momento de
su desarrollo emocional en el que les cuesta manejar sus emociones, podemos
enseñarles algunas estrategias que les ayuden a hacerlo. Con esta actividad
hemos trabajado el AUTOCONTROL, ayudándoles
de una forma gráfica y sencilla a reconocer
y controlar su pensamiento y su conducta en momentos de enfado u otros situaciones.
Para
ello les presenté un pompero (bote para hacer pompas de jabón) y expliqué que
estas burbujas son especiales porque “NO
SE PUEDEN EXPLOTAR”. Así que cuando un niño/a soplará y las burbujas
volarán, aunque nos apeteciera mucho tocarlas, teníamos que estarnos quietos
y dejar que se explotarán solas. Es
decir, teníamos que autocontrolarnos.
Lo hicieron fenomenal y esto nos sirvió para reflexionar sobre la importancia
de hacer lo mismo cuando tenemos ganas de pegar a un compañero/a o de hablar
cuando no es nuestro turno. En esas situaciones recordaremos las burbujas y nos
controlaremos.
Hemos dejado nuestro pompero colgado en el rincón emocional de clase para acordarnos de él y utilizarlo cuando sea necesario.
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